Una zona de juegos diseñada a su gusto
Los niños necesitan espacio para jugar y aquí lo tienen garantizado. Una pared de pizarra a su altura les permite dibujar. Mesas Kritter, sillas de enea y taburetes Mammut. Lámparas de techo.
El habitual fondo en rosa, típico de los cuartos femeninos, aquí ha dado paso a un verde manzana. Color que comparte protagonismo con el blanco luminoso que, presente en grandes rayas verticales, confieren dinamismo a la habitación. La butaca en tono crudo es de Brocanters. Cortinas con motivos étnicos y alfombra con dibujo en zigzag.
El respeto por la estructura original —los techos altos, el diseño de los radiadores, la carpintería de madera con sus singulares tiradores, la planta irregular…— son guiños que delatan la historia de esta casa y forman parte de su atractivo. La elección de cortinas livianas para puertas y balcones permite que la luz llegue hasta el último rincón.
Las pautas del cuarto de la niña se repitieron en el de los chicos. Así, las paredes se pintaron de color azul cielo con rayas anchas verticales en blanco. Las dos camas de 90 cm con sus mosquiteras se colocaron en paralelo separadas por una mesilla. Al fondo, el rincón de estudio. Cojines en beis y azul y peluches, Mosquiteras de gasa y mesa blanca con sillas de colores, Cómoda blanca con cestos de mimbre.
Un rincón para tumbarse a leer, saltar o ¡hacer una guerra de cojines! Se ha ubicado al fondo de la habitación, separado por un vano en forma de arco; dentro se ha colocado un tatami, con cojines de diferentes tamaños y peluches, y una estantería de baldas, que alberga sus primeras lecturas. Tatami y telas de cojines, Alfombra.
Los objetos vintage aportan estilo a los cuartos infantiles. Como estas baldas recicladas, que ahora exhiben peluches y cuentos, o el escritorio envejecido procedente de la casa de veraneo familiar. Lámpara de mesa y silla.
El rincón de estudio es para uso exclusivo de los mayores. Ellos traen más tareas del cole y necesitan un lugar apropiado para concentrarse. La mesa se ubicó próxima al balcón, para aprovechar la luz natural. Si es necesario, las puertas que separan las diferentes estancias se cerrarán para aislarles del bullicio. Mesa blanca y sillas de colores.
Los cabeceros tapizados de las camas se recuperaron de la casa de veraneo familiar. La mesilla de noche, de línea clásica y en tono crudo, al igual que la lámpara de sobremesa .
Queridos peluches
Perros, osos, conejos… Todo un zoológico de ficción convive con estos hermanos. A los tres les encantan los animales, ya sea en forma de peluche, para hacerles partícipes de sus aventuras, o en los cuentos, de los que son protagonistas indiscutibles.
Para personalizar el cuarto, el clásico cabecero se ha sustituido por una romántica mosquitera de tul y el armario empotrado se ha decorado con alegres dibujos realizados por los niños y con vinilos adhesivos, Colcha y cojines, Mosquitera con hojas y elefante de peluche.
Algunos muebles pueden tener más de una vida… El de la foto, por ejemplo, es en realidad un planchero de la tienda Casa, equipado con tabla y cestas, que en este caso se utiliza para organizar juguetes y peluches. Cuando los niños eran bebés hizo las veces de cambiador y ahora es una pieza indispensable para mantener el orden a raya. Si quieres que los pequeños colaboren a la hora de colocar su cuarto, enséñales a guardar los diferentes objetos en los cestos, organizados por colores, tipos o tamaños.
Recuerdo fotográfico del primer año, mes a mes. En forma de corazón o de cuadritos sucesivos, se inmortalizó el primer año de ambos hermanos. Marcos de fotos, Trío de maletas en color beis.
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